vendredi 12 janvier 2018

¿Todos Corruptos?



¿Todos Corruptos?



Hoy en día, más del 86% de ”los españoles admiten no confiar en el gobierno español. Para ellos, la corrupción política es el segundo mayor problema del país, después de la crisis.
Efectivamente, el coste de la corrupción en España se estima en más de 45 000 millones de euros por año. Para dar un punto comparativo, el presupuesto anual de Cataluña sólo es de 29 000 millones. Esta corrupción es pues,  uno de  los argumentos del independentismo Catalán.

Hoy en día, el pueblo español se siente indignado por los enormes escándalos de corrupción presentes tanto en la clase política (ya sea de derechas, de izquierdas, o en el «partido Catalán»), como en la Familia Real española, con el caso de  Iñaki Urdargarin, yerno del rey Juan Carlos.  Y el 43% de los españoles considera que existen pocos medios  para resolver este problema.


Lo anterior es afirmado por Mariano Rajoy en  su plan nacional de lucha contra el fraude fiscal. Sin embargo, parece ser que el último tesorero del Partido Popular, Luis Bárcenas, habría distribuido dinero en efectivo a los diferentes líderes del partido, sin justificación legal. Y, que entre los que se beneficiaron de ello estaría justamente Mariano Rajoy, con más de 25.000 euros provenientes de las empresas privadas del sector inmobiliario, entre 1997 y 2008.
La corrupción es omnipresente, incluso entre los jueces, policías etc…, de modo que el sentimiento de desconfianza de los ciudadanos para con todas las Instituciones españolas sigue creciendo.

Así, España registra su peor récord histórico en cuanto a la imagen que tienen los españoles de la corrupción, y  ocupa el puesto 17 de los 28 países con que cuenta la Eurozona.

Podemos así preguntarnos, ¿se puede hablar de honestidad en política?

La honestidad  siempre es relativa, y cambia en función del contexto y de las expectativas de unos y otros. No debemos olvidar que muchos politicos corruptos fueron elegidos por ser muy eficaces en su circunscripción.
Es necesario entender también que, para los españoles, hay muchos criterios que se deben tener en consideración a la hora de dar su confianza a un candidato. Así tenemos que para el 35%, lo más importante está en el hecho de ser sincero. Luego, tenemos a un 19% que juzga prioritario estar a la altura de sus funciones. Después, vienen otras consideraciones, como ser capaz de cumplir sus promesas (14%), conocer bien los expedientes (12%), y estar cerca de los ciudadanos (8%).

Para terminar, cabe notar la importancia que tienen estos criterios para los ciudadanos según su categoría social. Así, el 21% de los obreros estiman que la dimensión social de la confianza es fundamental, frente a un 8% de los ejecutivos. En cambio, el hecho de ser competente registra un 52% entre los ejecutivos y sólo un 24% entre los obreros.

Según Luis Bouza García, coordinador Académico de los Estudios Europeos, estos movimientos de indignación no sólo expresan una desconfianza para con el gobierno, lo que puede ocasionar un riesgo para la democracia, sino que pueden llevar también a una auto organización de los ciudadanos, y representar así un real potencial democrático.

Inés Rivoalen


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